LA PRIMERA ESTACION

ESCRIBIR PARA SER ESCLAVOS, LEER PARA SER LIBRES...

30.3.11

ANGELES DE LA WAR-DA

(Libia y sus miles de cuerpos caídos)

Cubrió sus oídos
con poquita fuerza
porque en el fondo
quería medir su valor
niño solo a medianoche

cerca a él
los charcos de sangre
se confundían
con el herrumbre del terror
formando tsunamis
que se hacían por su pecho
de golpe

fragor desconocido por doquier
y gritos desaforados
mas bien alaridos infinitos
entonces la poquita fuerza
ya era inútil.
niño lloroso
ya no quiso medir nada....

pronto se abrió el techo
por el avión incrustado
del piloto desecho,
y la llama intensa
iluminó todo
y todo se volvió
un teatro doloroso
pero obligatorio

allí, cerca nomás
se  diferenció
sangre de herrumbre
y piernas y mesas rotas
y un cuerpo horizontal
inerte Lloroso, tibio, solito
mitad en la cocina, mitad en la sala

el niño dejó de llorar
descubrió sus oídos
dejó de ser niño y se hizo adulto
junto las mitades  de su madre
y la abrazó
dejó de ser adulto y envejeció allí
sin soltarla, para mantenerla tibia
por siempre

y un día el mundo los olvidó.
allí vivieron cinco mil  años tal vez
hasta que hombres impermeables
los encontraron. Los embolsaron...

aquella tarde,
se habló  del fin de la guerra
y se desfiló por las calles
de la esperanza
la gente lloró agradecida
cada quien oró a su Dios.
la guerra no los había tocado....

(Poema extraído del libro: La última estación - Editorial Zignos - Perú / 2008)

1 comentario:

  1. Anónimo1.4.11

    y nos llamamos seres humanos? que frágil e inexistente es la solidaridad y que anmésicos nuestros sentimientos... si no nos toca de cerca... no duele.. malditas guerras en las que nadie gana... solo los comerciantes de armas... los que detonan esta mier....
    (aguila triste)

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