LA PRIMERA ESTACION

ESCRIBIR PARA SER ESCLAVOS, LEER PARA SER LIBRES...

30.4.11

DE TERREMOTOS Y OTRAS ANGUSTIAS



TESTIMONIO UNO: Cuando empezó el terremoto, estaba descansando en casa junto a mi madre, la quise sacar  a la calle inmediatamente, pero ella se resistió, me dijo que si tenía que morir moriría en su casa, que le había costado la vida levantar, insistí con desesperación, el movimiento era cada vez más brutal, pero aun así, no pude lograrlo, entonces decidí que si mi madre pensaba morir en su casa yo moriría con ella, le pedí que se cogiera fuerte de mi cintura, cuando lo hizo, levante los brazos y le dije: - yo agarro el techo si se cae mamita, no te preocupes, yo lo voy a sostener -.
Nuestra casa es de adobe, fue un milagro que no se hubiera caído, fue la virgen de las Nieves, ella nos salvó.

TESTIMONIO DOS: Ya había cerrado la puerta, iba de salida cuando me di cuenta que estaba dejando mi bolso olvidado, tuve que regresar y entrar nuevamente a la oficina, en ese momento empezó a vibrar todo, pensé que se trataba de un temblor, así que seguí buscando con calma, entonces inició un segundo movimiento mucho más fuerte, tanto que me tiró al piso, intenté pararme pero fui sorprendida por un pesado estante. Perdí la conciencia por un momento, cuando la recobré sentí un dolor enorme en la pierna izquierda, la tenía atrapada, la oscuridad era absoluta, salvo por un ingreso de luz natural en lo alto. Se había desplomado parte del techo. La anoxia me estaba haciendo perder nuevamente el sentido, oré un poco y resigné mi suerte antes de volver a desvanecerme. Un par de manos benditas me sacaron de allí, mi pierna debió terminar de partirse con el tirón porque un dolor agudo me hizo recobrar la conciencia. Ya en la calle pude reconocer esas manos, eran de mi marido, me limpió el rostro con un pañuelo húmedo, me envolvió la pierna como pudo y me conminó a ponerme de pie, teníamos que llegar a casa como fuera posible. Fuimos avanzando por tramos, el dolor de una pierna rota es indescriptible, pero se hacía ínfimo cada vez que imaginaba a mis hijos solos en casa, tal vez bajo escombros. Intentamos infructuosamente conseguir un taxi, un bus, fue imposible. Debimos hacer el camino a casa a pie, eran varios kilómetros, no recuerdo como lo conseguimos con mi pierna en ese estado. Llegamos tres horas después. Los encontré sanos y salvos, entonces, mi pierna paso a ser lo de menos.

TESTIMONIO TRES: Cuando empezó todo, estaba bajando del almacén, faltaba muy poco para salir del trabajo, no le tengo miedo a los temblores así que lo hice tranquilo, pero faltando dos niveles empezó el segundo movimiento, era demasiado fuerte, traté de bajar rápido, pero no pude acertar un solo paso más en las escaleras y terminé rodándolas, de cualquier manera, llegué al primer piso, me puse de pie y me eché a correr, en ese trance terrorífico pude ver a una dama desesperada gritando bajo el umbral de unas ventanas que se caían sobre ella, eran trozos de pared y vidrio, pensé acercarme, pero una capa de polvo asfixiante me acobardó, seguí corriendo y no me detuve hasta ver la luz de la calle, finalmente antes de llegar a la intemperie voltee a mirar, aún estaba allí su imagen, casi difuminada, parada entre tierra y escombros.
Ahora pienso lo cobarde que fui, bastaba tomarle la mano para salvarla, hoy cuatro años después, no me lo he perdonado, creo que jamás lo haré.

TESTIMONIO CUATRO: Yo dije: - ¡Que increíble, los efectos son lo máximo!, parece realidad virtual -. Cuando empezó el terremoto, estaba viendo la película, el día después de mañana. Fue alucinante.

TESTIMONIO CINCO: Al día siguiente, salí con mi hermano a ver como había quedado todo, especulábamos sobre si alguna casa se hubiera caído o no, él decía que si, yo decía que no, corrieron las apuestas. Cuando llegamos al centro, se resolvió todo, la ciudad estaba prácticamente desaparecida, solo era una pampa llena de tierra y paredes en ruinas, entonces entendimos que la cosa había sido seria, recorrimos algunos tramos con la esperanza de que fuera en un radio mínimo pero todo, todo estaba en el suelo, incluso algunos cuerpos, varios cuerpos, muchos cuerpos, entre extraños, conocidos, amigos y familiares. Ese día perdí la apuesta, pero sobre todo, perdí parte de mi vida.

TESTIMONIO SEIS: Llegué a la avenida en cuanto paró el sismo, intenté detener un taxi, pero era imposible y con los buses fue mucho peor, lo entendí cuando vi gente desesperada, viajando colgada de las ventanas, por fuera.

TESTIMONIO SIETE: Metí en una mochila algo de abrigo y un fajo de billetes que acababa de recibir por un trabajo, no importaba donde fuera, con esa cantidad de dinero me sentía tranquilo. Mi casa estaba visiblemente al borde del colapso, así que salí a buscar un lugar donde pasar seguro la noche,  pero dada las circunstancias fue imposible encontrar habitación siquiera en el más barato de los hostales, tuve que dormir debajo de la banca de un parque. Al día siguiente lánguido por el tiempo sin comer ni probar gota de agua, busqué donde comprar, todo estaba cerrado, esperé por horas y después por días. Lo que pude conseguir fue básicamente por caridad, apenas pan seco y agua, que fue con lo que sobreviví durante casi una semana. Después de este suceso entendí que el valor del dinero es demasiado relativo en la vida, en mi historia fue nulo, tenía lo suficiente para sobrevivir por los menos cuatro o cinco meses en circunstancias normales, pero en ese momento no fue más que papel inservible. Ahora sé que el sentido de la vida no tiene nada que ver con el dinero, es mucho más que eso.

TESTIMONIO OCHO: Jamás había llorado tanto como ese día, me moría de miedo, pero no por mí, si no porque imaginaba que no vería más a mi familia, mis hijos, mi esposa, mis sobrinos, mi madre, mis hermanos, todos estaban juntos en casa cuando sucedió. Al llegar al vecindario caí de rodillas, clamándole al cielo por un milagro, no podía quedarme solo en el mundo, sin ellos simplemente era imposible existir, entonces un vecino me ayudó a levantarme y me calmó: - Tranquilo, los edificios no se han movido, tu familia está bien me dijo - . Desde ese día, creo en Dios.

TESTIMONIO NUEVE: En casa sucedió que no tuvimos pérdidas importantes a causa del terremoto, se rompieron cosas de muy poco valor, pensé que en general habíamos tenido suerte, sin embargo dos días después del sismo, tres tipos encapuchados entraron aprovechándose de la falta de luz y el caos y se llevaron hasta los canarios, mi padre quiso impedirlo y fue acribillado sin piedad. Ojala se hubieran perdido todo los bienes que teníamos, ojala se hubiera caído la casa, de esa manera, mi padre estaría vivo ahora.

TESTIMONIO DIEZ: Viajaba en mi automóvil por la autopista cuando ocurrió el terremoto, intenté estacionarme a un lado pero por la violencia del movimiento fue imposible, el auto fue sacudido furiosamente. Una grieta fue dividiendo la vía en dos partes, primero como una pequeña brecha pero luego se hizo un abismo que cobró una víctima del otro lado, un pequeño auto había sido arrastrado hasta la frontera del enorme hoyo y arrojado como un juguete. Bajé de inmediato para auxiliar, apoyado por las luces de otros vehículos. Me deslice por una parcela de algodón, divisé el coche plantado en un grieta mucho más enorme de lo que parecía, tal vez unos 10 metros de profundidad. Había dentro una mujer atrapada, le ayudé a zafar el cinturón y a salir por una de las ventanas, después pude sacarla del hoyo, la subí a mi auto y la llevé a Chincha, finalmente la dejé internada en el hospital, tenía fracturas serias. Pensé que jamás la volvería a ver, que todo había sido una mera coincidencia, sin embargo, semanas después recibí una llamada, era ella, infinitamente agradecida por haberle salvado la vida, me preguntó si podría ir a verla. Así lo hice.
Dentro de dos meses, cumplimos tres años de casados. El terremoto me trajo al amor de mi vida.


********

El 11 de marzo, luego del desastre en Japón, recordé con angustia, el terremoto vivido el año 2007 en Ica, se removieron recuerdos tristes de un suceso arrumado en la memoria pero jamás olvidado. Aquel 15 de agosto, durante tres minutos y medio, la tierra tembló a 8.4 grados en la escala del terror, como no recordarlo.
Estos son solo algunos testimonios de gente que al igual que yo, jamás podrá olvidar lo vivido, y que nos recuerdan que detrás de cada historia de desastre hay mil historias más, la mayoría, de dolor y perdida pero también otras tantas de fe y esperanza, así es la vida, un sorbo o una copa o una eternidad, es menester de la providencia o el destino, determinar cual nos corresponde. 


* Foto by: Reuters

No hay comentarios:

Publicar un comentario