LA PRIMERA ESTACION

ESCRIBIR PARA SER ESCLAVOS, LEER PARA SER LIBRES...

31.3.10

APAGA TU TV

("Desechos tóxicos")

Ahora que hemos entrado a la era digital televisiva (“HD, High Definition o alta definición”)  nos preguntamos si en un país como el nuestro, donde la calidad de la programación es tan nociva, es prioritario pensar en cualidades de imagen o sonido, pues así como los canales de señal abierta se preocupan por nivelar su tecnología, ¿no debieran preocuparse también por mejorar su programación?, es una utopía, claro está.
He pasado estos últimos años oyendo a Alberto Benavides en sus conferencias y a mi padre en las charlas de familia inculcándonos un rechazo definitivo hacia la televisión, sobre todo la peruana y ahora, después de haberme permitido entupidamente el beneficio de la duda durante algún tiempo necio, puedo darles la razón con convicción y firmeza: “cuanto daño le hace la televisión, especialmente la peruana a nuestra formación”. Ahora que la crisis de valores en el país se agudiza, ahora que los valores morales y éticos se han convertido en preceptos anticuados, ahora que el hombre peruano padece canceres espirituales y una septicemia que se ha disgregado en las entrañas de los endebles subconscientes, es cuando deberíamos buscar mecanismos de solución, el estado que “dice” preocuparse por la educación debe empezar por resolver el problema de casa, la escuela imparte conocimientos básicos, pero es el hogar donde se forma la personalidad y los valores fundamentales de toda persona, es allí donde se moldea el ser adulto definitivo, entre aciertos y desaciertos avanzamos, les enseñamos a los hijos las diferencias entre lo bueno y lo malo, les inculcamos honestidad, sensibilidad y respeto, pero al final por descuido o indiferencia terminamos cediendo ante una seductora niñera que sin darnos cuenta acaba siendo quien se ocupa a tiempo completo de la formación de los menores en la casa: la televisión.  
la televisión es un mal formador de personalidades, una distracción ociosa respecto a cosas realmente importantes como leer o practicar algún deporte, un vicio como todos los demás, con la ventajosa diferencia de poseer licencia para dañar, seguramente la mayoría lo sabe, pero prefieren saltarse la reflexión y se entregan a las manos del “ no pasa nada” y aquellos que no lo saben, es porque no se han enterado y no se han enterado por que no leen y no leen por que se pasan la vida frente a un monitor, cayendo en este circulo vicioso tan peligroso como avasallador. Hemos llegado a una era en la que cada día nos vamos rodeando de agentes perniciosos, en esta generación han alcanzado su apogeo la violencia, las drogas, la crueldad del hombre, la contaminación, la insensibilidad social, las guerras, la industria descartable y claro la televisión, todo sin un orden de importancia mayor o menor en la escala de creaciones  desgraciadas, aunque podríamos decir que justamente la televisión cumple el tristemente importante papel de difundir de manera equivocada toda las demás aberraciones, la televisión es el mecanismo vocero para pregonar el caos en el que ha caído el ser humano pero no en forma de lecciones o advertencias, si no en forma de espectáculo, pues hoy las miserias humanas se han convertido en shows mediáticos que mueven grandes cantidades de dinero bajo un único principio llamado “rating”.

Absolutamente todos los canales mal administrados o comerciales son perjudiciales, pero en un país donde hay carencia de valores éticos y morales el daño es mayor, analizar la programación de los canales nacionales es incluso vergonzoso, excluyendo el canal del estado que ciertamente tiene programación educativa y cultural, lo demás es basura por donde se le mire. Podemos tomar como punto de partida de esta debacle la década del 90, en esta época apareció una de las pioneras del estiércol, Un “Talk Show”  irrumpió nuestra ya decadente programación para mostrarle al mundo que a los peruanos nos gusta liarnos a golpes por nada, que las polladas son parte de nuestra cultura, que el 99% de los peruanos somos ignorantes, desdentados y sucios mas un sin fin de atrocidades que contribuyeron peligrosamente a empeorar nuestra imagen ante la opinión internacional. Posteriormente por la misma época apareció otro fenómeno denigrante apodado “comedia ambulante” que no fue otra cosa que una decena de cómicos callejeros sin ningún talento que hicieron de la vulgaridad y las parodias homosexuales su único guión. Lo que siguió no fue mejor, un programa de chismes de farándula con fines destructivos que tristemente perdura hasta hoy y que ha servido de ejemplo para mas espacios similares, luego una cadena interminable y variada de “realitys”, después aparecieron programas disfrazados de benéfico-sociales pero cuya única finalidad siempre fue lucrar con la miseria humana, series intrascendentes, mas programas cómicos repletos de mujeres en poca ropa e imitadores de quinta fungiendo de travestis, producciones con solo días de duración en el aire, noticieros convertidos en circos de las desgracias sociales y un etcétera mas de basura que ha infectado completamente la pantalla y que en la misma proporción ha infectado los hogares peruanos. Nadie revisa las programaciones y el papel de la entidad competente (A.N.D.A.) es tan inútil que creen que es suficiente establecer la clasificación de edades para regular lo que se expone en la pantalla, sin embargo durante todo el día es posible ver por ejemplo, telenovelas con alto contenido sexual o películas extremadamente violentas sin que nadie se manifieste al respecto.
Si tan solo la mitad del tiempo perdido en tele-cloaca se utilizara para brindar conocimiento, cultura o información real, otra seria nuestra realidad, los niños serian mas constructivos que destructivos y sin duda se contribuiría enormemente a la moralización y la reforma de la educación en el país, mientras tanto, varios millones de peruanos de toda las edades seguirán infestándose por culpa o por omisión, haciendo imposible que nuestra realidad social cambie.

“Bienaventurados aquellos que decidieron apagar el televisor definitivamente para irse a caminar al desierto o para sentarse a leer un buen libro”...


2 comentarios:

  1. Anónimo15.4.10

    ES CIERTO TODO LO EXPUESTO PERO SOLO QUEDA EN NOSOTROS ENSEÑAR A NUESTROS HIJOS LO MEJOR ENSEÑARLES QUE AMEN LA NATURALEZA Y Q EN SUS MOMENTOS LIBRES COJAN UN LIBRO

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  2. Coincido plenamente con el autor. La televisión puede ser una distracción pasajera , pero no debe alejarnos de una buena charla en familia o con amigos y de apreciar la vida día a día, ni dejar de valorar la naturaleza. El papel de ese medio debe ser la cultura y no la tanda groserías y banalidades que apreciamos a diario.

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