LA PRIMERA ESTACION

ESCRIBIR PARA SER ESCLAVOS, LEER PARA SER LIBRES...

19.1.12

LA ÚLTIMA ESTACIÓN

Se sentó en la banqueta de la estación
dispuesto como cualquier tarde
cruzó los dedos y cerró los ojos.
no se movió nunca más....

pronto llegaron hombres de blanco
y  tejieron  hipótesis.
ante miradas atónitas,
se abrió una bolsa negra
intentaron echarlo dentro,
moverlo siquiera
pero fue imposible,
pesaba como mil kilos

llegaron cientos de hombres
instante a instante
pero fue imposible moverlo un milímetro
máquinas,
y enormes cadenas sobre él
pero el cuerpo siguió allí,
intacto, eternizado
pesando como mil toneladas

alguna vez se sospechó
del cuaderno entre sus manos
e intentaron tomarlo, arrancarlo
pero, era parte de su carne.
no pudieron
Y el mundo tubo que resignarse,
entre compasión  o idolatría

pero un día lo olvidaron, quizá por siempre
el universo marchó algunos años
y no se volvió a hablar de él,
empolvado, intacto
el hombre de la banqueta,
se fue de la memoria, como todo...

un otoño incierto,
el hombre abrió los ojos
y relajó las manos
guardó el cuaderno como pudo
y lo echó al bolsillo
se puso de pie para tomar el bus a casa.
las masas se hicieron cerca,
entre delirio y miedo
quisieron tocarlo, pero él,
imperturbablemente sereno
aceleró el paso y se fue.....

(Poema extraído del libro: "La última estación" editorial Zignos - Perú - 2008)

1 comentario:

  1. Anónimo21.1.12

    "Una vez cumplidas todas las maniobras de la indignidad, me encargué de manipular las cenizas de aquella historia para que parecieran restos de un gran amor. Inventé un tiempo de plenitud que nunca existió. Me obligué a suponer que me amaba pero se resistía a admitirlo, en virtud de vaya a saber qué jarabes psicológicos. Puse en plural sensaciones que fueron solamente mías."
    Las crónicas del Ángel Gris, Alejandro dolina.

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