LA PRIMERA ESTACION

ESCRIBIR PARA SER ESCLAVOS, LEER PARA SER LIBRES...

30.5.11

ENSAYO SOBRE PATERNIDAD

("Heroe" foto by: Jorge Jerí)


Uno o dos fines de semana de cada mes, partíamos hacia la campiña de Coracora buscando forraje para el ganado, eran eternos tramos recorridos a pie, en caminatas que duraban horas y en las que vivíamos aventuras de toda clase, armados con fiambres generalmente conformados por una docena de guaguas y botellas de agua de mate, Fue una época demasiado feliz, donde era fácil sentir el placer de mojarse el rostro en las aguas cristalinas de un manantial o echarse una siesta bajo la imponente sombra de un eucalipto gigante .Fue una época demasiado feliz, porque se vivía bien con lo justo, porque una rama de pino o un puñado de pepas de molle daban para inventar decenas de juegos de lo más entretenidos, época hermosa aquella, donde descubrí con asombro cosas maravillosas del campo, imposibles en la ciudad.

La primera lección que aprendí con mi padre, fue la del amor por la naturaleza, jamás lo conversamos, no era necesario en realidad, simplemente se encargó de que en todas las casas donde vivimos, abundaran las plantas y los animales, además de las largas caminatas por la chacra, lo cual no fue poca cosa, pues debo decir que mi primera escuela de arte, fue el extenso paraje verde en el que pasé mi primeros años, allí adquirí la capacidad para sensibilizarme con el entorno y para saber disfrutar de cada cosa sencilla que tenía a mi alcance, desde  el paso nostálgico de una hoja seca, hasta la caída mágica de la lluvia para disimular una pena. Me volví un soñador, le encontré sentido a todas las manifestaciones del universo y descubrí el milagro de la fe en la vida. De pronto un día, mis manos empezaron a caminar solas por las páginas de un viejo cuaderno patria. Acababa de escribir, mi primer poema.

La segunda lección importante que me dejó mi padre fue la del amor por la lectura. Crecí rodeado de libros, además, en casa siempre había un diario serio sobre la mesa, de manera que en tardes donde la lluvia hacía imposible asomar siquiera la nariz por la ventana, pasaba horas entre libros de aventuras y densas columnas de actualidad. No recuerdo el momento exacto en el que le encontré el gusto, pero las memorias familiares, remontan los hechos a una serie de tiras cómicas y luego a una colección de cuentos clásicos. Después, vinieron los poemas de Nervo, Lorca y Vallejo, algunas biografías de personajes importantes, finalmente llegaron los libros serios con García Márquez, mi máximo referente narrativo. Aquí quedó sentada mi segunda escuela, cada libro, revista y periódico, habían sembrado en mí, semillas desconocidas, que en noches impensadas hacían brotar desde mis entrañas, historias febriles, podía distinguir en la oscuridad de mi habitación un salpicar de frases y palabras caprichosamente entrelazadas. Era demasiado para entenderlo entonces, poco sabia de la necesidad de escupir el alma en un papel, sin embargo, un halo de inconciencia me indujo por esa rarísima senda. Mis manos volvieron a acariciar las páginas de mi viejo cuaderno. Ahora, con varios libros publicados, se de las extrañas manifestaciones de la vocación.

La tercera lección que aprendí con mi padre, sin duda la más importante, fue la de  la honestidad. Un cuaderno verde de contabilidad que recuerdo haber visto durante por lo menos los primeros 10 años de mi vida, daban cuenta de un minucioso y detallado registro de deudas y compromisos, algunos importantes pero otros tan insignificantes que posiblemente los propios acreedores tendrían olvidados, ellos tal vez, pero mi padre jamás. Yo pasaba horas revisando con asombro el meticuloso sistema de cuentas pendientes, todo estaba correcto, todo tenía un orden, en el cuaderno, en casa, en nuestra vida. Mi padre es un hombre con una decencia inobjetable, un hombre con una hoja de vida impecable basada en su férrea resistencia a las inmoralidades y las negras tentaciones de esta época, pudo conseguir demasiado con facilidad, pero en la balanza siempre pesó más el ser consecuente con sus principios. Las carencias materiales en casa fueron inevitables, en determinado momento y sobre todo para un niño, el asunto se hace un poco difícil de entender, pero ahora lo puedo valorar, mi padre acumuló en mí, una fortuna incalculable. Después de las deudas, descubrí el peso negativo de las mentiras, luego entendí la importancia de la solidaridad, el respeto a los códigos sociales, la lealtad, con los amigos, con la familia, con uno mismo.

Con el paso de los años, he aprendido a reconocer el valor de esas lecciones fundamentales, mi madre me enseñó todo sobre el amor y la ternura, sobre la nobleza y la bondad encarnada en seres únicos como ella, pero mi padre me dio las armas para sobrevivir en un mundo plagado de aberraciones y peligros, todo lo que dijo se enraizó en mi espíritu, todo hizo eco en mi conciencia, todo quedó grabado en alguna parte de mi cabeza, como si hubiera sido ayer, la primera vez que me inculcó la lealtad y el respeto por la conquista de los ideales más caros.


Papá: sé que no siempre he sido el hombre que esperabas, hiciste todo para moldearme perfecto, pusiste lo mejor de ti para hacerme el tipo correcto, para equivocarme lo menos posible, para acertar la mayoría de veces, y aun así, he tropezado demasiado, aquí debo reconocer mi condición absolutamente humana, y admitir también, que jamás podré ser el dechado de cualidades que alguna vez soñaste, pero créeme que lo he intentado, una y otra vez lo he intentado, ojala la vida fuera generosa y pudiera regalarnos el tiempo suficiente para que veas que ha sido así, para que veas el fruto de esa lucha que libraste hace casi treinta años buscando entregarle al mundo un hombre de bien. Ojala también el tiempo te deje ver que el recuerdo de las lecciones están intactas, que sobre cualquier caída dolorosa, aun puedes enorgullecerte de la riqueza de tu ejemplo. El tiempo y el espacio suelen abrir abismos en el corazón, pero créeme también, que desde mi exilio casi silencioso, entre lágrimas, añoro cada segundo de mi vida con ese hombre extraordinario de barba tupida, que me entregó el mejor obsequio que un padre puede darle a un hijo, ese hombre con el que aprendí de poesía y música, ese hombre que me enseñó a enfrentar mis miedos de pie, que me mostró el camino para encontrar seguridad y aplomo en cada circunstancia difícil de la vida,  ese hombre que me enseñó con la misma dedicación, botánica y deontología. El cuaderno verde, la despensa, San Marcos, los mistis, radio unión, los injertos en las rosas, Zamfir, 9 de diciembre, mi tío Antonio, el bio-huerto, mamá Alicia, el viejo Ernesto, Jr. Bolognesi 710, Coracora…
Y si aun así, no logras ver en mí, el hombre que esperabas, te aseguro que nada está perdido, porque las lecciones, que están intactas, pasaran en el mismo lenguaje y sin perder su esencia, al próximo “chinitolin” (cuando este llegué), quizá todavía te animes a subir y bajar alguna calle empinada tomándolo de la mano y haciéndole saltar los baches, al ritmo del “monin monin”. De cualquiera manera, si no te animas, intentaré hacerlo a tu manera, emulando a ese hombre extraordinariamente fuerte y grande que fuiste, que eres y que serás siempre.

Cuando era niño, pensaba que mi padre era un hombre serio y estricto, pero ahora, sé lo que realmente es. Un héroe.


3 comentarios:

  1. MI HISTORIA ES CASI SIMILAR, CRECI EN EL CAMPO, APRENDI AMAR LA NATURALEZA CADA DIA, CADA NOCHE,CADA HORA, EL CONVIVIR CON LA FAMILIA, MIS ABUELOS, MIS PRIMOS, EL JUGAR CON ELLOS, HACER PEQUEÑAS TRAVESURAS, EL NADAR , EL SENTIR EL AGUA SEA EN LLUVIA, SEA EN UNA QUEBRADA ES FASCINANTE, EL CLIMA INOLVIDABLE Y A LA VEZ SALUDABLE. COMO NO OLVIDAR AQUELLOS MOMENTOS QUE MARCAN LA VIDA DE CADA UNO, INTERIORIZAR LAS COSTUMBRES , DANZAS, FORMAS DE VER LA VIDA, LA VISION DEL MUNDO ANDINO, LAS CREENCIAS. DEJAN UNA GRAN HUELLA EN UNO Y AUUNQUE UNO VIVA EN OTRO LUGAR SIEMPRE LAS LLEVA , ES PARTE DE UNO

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  2. Anónimo6.2.12

    Las añoranzas de tiempos pasdos y mejores, seran siempre temas de reflexion, y fuentes inagotables de relatos y el ejemplo de los padres un referente muy especial que te motiva hacer las cosas bien....un Abrazo Helmut Jeri..sigue adelante

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  3. Anónimo21.6.12

    Nuestros heroes siempre quieren lo mejor para nosotros, ahora esta en su papel de padre, entiendelo...tu sigue con lo tuyo que no es un sueño, es una realidad...es tu vida...

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