LA PRIMERA ESTACION

ESCRIBIR PARA SER ESCLAVOS, LEER PARA SER LIBRES...

30.8.10

CRONICA DE UN HOMBRE SOLTERO

("Serie: Dragunova" Foto by: Ernesto Guzmán - México)
Cuando me entregaron las llaves del departamento, esbocé una sonrisa generosa y muchas ideas transcurrieron por mi cabeza, tendría un lugar de paz y silencio, un refugio para días especiales, un espacio para construir planes y para armar historias estupendas, pero sobre todo, un lugar que como en mis mejores sueños, se convertiría en un extraño planeta ocupado por decenas de mujeres, un mundo donde yo seria el rey.

Cuando llegué, lo primero que hice fue treparme a la ventana y aullar como un lobo bajo un claro de luna. Algunos vecinos asomaron con rostros de terror hasta que se dieron con un orate y volvieron a sus quehaceres. Así es la efervescencia de la gloria. 

La primera medida que tomé fue respecto a los muebles,  cambié la camilla de hospital que tenia prestada por una cómoda king size, regalé los viejos sillones de mimbre y compré unos sofás elegantes, después pasé a la línea blanca y finalmente a algunos artefactos de lujo de manera que al cabo de un tiempo tenia toda las comodidades que pudiera necesitar y claro, también adquirí una extensa lista de deudas que tendría que pagar en varios años de duro trabajo.
Con el transcurrir de las semanas, las ideas sobre la tranquilidad y refugio fueron quedando en el olvido, y mis objetivos empezaron a dirigirse por completo hacia la búsqueda de cuerpos dispuestos, es así como  empezaron a llegar las primeras habitantes de este extraño universo que había fundado poco antes, atraídas por aberrantes historias bien disimuladas, fui encontrándoles un espacio entre mi piel y mi cama, ellas fueron marcando territorio y tiempo con cabellos y objetos olvidados, con residuos de lápiz labial entre las sábanas y derramando aromas de cuerpo entre toallas y cortinas, dejando huellas felinas en las paredes y suspiros entre espejo y espejo.
Me adapté perfectamente a esta nueva forma de vivir, mi cuerpo se dividió en tantas partes como mujeres pude tener y cada parte tuvo una propietaria distinta según el orden de llegada, líneas invisibles demarcaron los fragmentos de mi piel, pequeñas murallas inexpugnables que dejaban claro a cual de ellas pertenecía cada parte.
Cualquier hora se hizo propicia para librar batallas de carne y hueso, mi planeta se fue poblando rápidamente y pronto, no hubo espacio para una sola ocupante más. Los días fueron extraordinariamente distintos, aprendí a diferenciar la textura de las pieles incluso con la luz apagada y mis manos se amoldaron al volumen de los cuerpos según la ocasión.

Después de algún tiempo, los turnos se hicieron insuficientes así que decidí aventurar a las ocupantes de mi universo en juegos grupales, promoví algunas reuniones bacanales que consolidaron mis mas oscuros deseos,  fue entonces cuando la palabra monarquía cobró absoluto realismo. Ellas me coronaron, fui el amo en mis dominios, el dios sibarita entre ángeles seducidos por el sabor adictivo de la carne.

Algunos meses después de mi primera aventura, empezaron a cobrar vigencia las normas que yo mismo había establecido en mi gobierno, como si un ciclo hubiera terminado, aquellas quienes se cansaron de los juegos sin futuro se alejaron paulatinamente, las que empezaban a enamorarse, decidieron alejarse de golpe después de una breve despedida y las que encontraron quien les brindara estabilidad se fueron también de golpe pero sin despedida.
 Los días siguientes a la partida masiva, empecé a marcar uno y otro número con desesperación, mi cuerpo estaba urgido de viejos hábitos, mis hormonas hervían y pedían a gritos placer. Pasé horas enteras cada día, esperando respuestas que jamás llegaron, nunca me respondieron las llamadas, nunca volví a saber de ellas.
La repentina soledad en la que había caído, me dio tiempo para meditar y entender la dimensión de mis juegos sin fondo, recuperé la sensatez y desperté bruscamente del estupido sueño en el que me había estado creyendo rey de no se que planeta, asumí que era un ser humano común y silvestre que salía de un lapsus de inconciencia, un hombre que disfrazó su casa de limbo hasta que se encontró en una calle deshabitada y oscura.

Pasé mucho tiempo solo, mis ex amantes eran recuerdos que parecían bastante lejanos y las demás mujeres no querían saber nada de un hombre del cual conocían sus aficiones poligámicas, la vida se tornó triste, añoré incluso la compañía, la sola presencia de alguna de ellas, una que pudiera aliviar mi pesar sin remedio, pero ahora, solo me quedaba sentarme en la ventana y mirar, el pasar feliz de la gente normal, parejas comunes yéndose de fiesta o paseando sin apuro, gente sonriente, amigos, amantes, esposos, mientras yo,  sufría la resaca de una temporada inicua durante la cual deje pasar mujeres maravillosamente valiosas, mujeres que me clamaron un poco de amor, aun sabiendo que no encontrarían respuesta, mujeres que se indignaron con mi vocación depredadora, pero que en un acto de generosidad me admitieron en sus cuerpos y corazones, mujeres que se jugaron todo por mi con la esperanza de derribar los muros de mi adicción carnal, mujeres que me amaron sin condición, mujeres que aceptaron todas mis propuestas indecentes con voluntad de santas solo por satisfacerme, mujeres que en este momento, deben recordarme apenas, como una etapa inútil en sus vidas, mujeres que finalmente, ya no están mas…

La última vez que el lobo se paró a las afueras de su madriguera había dejado de aullar, dicen que solo se le oía repetir entre sollozos: “el cuerpo puede dividirse, pero jamás el corazón”….  


5 comentarios:

  1. Parece que asi es la vida hay que saber disfrutar todos los dias pero con alguien que valga la pena... me encanto tu relato ya que resulta una historia veridica para todos los hombres... como siempre la mujer piensa con el corazón y el hombre con algo diferente...

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  2. Anónimo31.8.10

    Extraordinario relato, increible que con tan solo aquellas lineas puedas plasmar descenas de sentimientos de todos los personajes que involucra la historia, tus relatos cobran vida a ojos de tus lectores muy bien Helmut sigues avanzando como escritor.
    Felicidades!

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  3. Transportar al lector a la habitacion del lugar de los hechos ya hacerle el amor en un abrazo de palabras es solo digno de los mejores escritores mi querido Jeri.

    Me permito compartir con el personaje principal de esta historia uno de mis poemas favoritos del poeta que hace años ya ha dicho todo lo que yo queria decir.

    "Los amorosos callan.
    El amor es el silencio más fino,
    el más tembloroso, el más insoportable.
    Los amorosos buscan,
    los amorosos son los que abandonan,
    son los que cambian, los que olvidan.
    Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
    no encuentran, buscan.

    Los amorosos andan como locos
    porque están solos, solos, solos,
    entregándose, dándose a cada rato,
    llorando porque no salvan al amor.
    Les preocupa el amor. Los amorosos
    viven al día, no pueden hacer más, no saben.
    Siempre se están yendo,
    siempre, hacia alguna parte.
    Esperan,
    no esperan nada, pero esperan.
    Saben que nunca han de encontrar.
    El amor es la prórroga perpetua,
    siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
    Los amorosos son los insaciables,
    los que siempre —¡qué bueno!— han de estar solos." JAIME SABINES, POETA MEXICANO.

    Un beso. Te leo..

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  4. Nadia2.9.10

    si pues a veces no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos y casi siempre nos damos cuenta muy tarde de lo que alguien nos puede brindar sin esperar algo a cambio. Saludos y como siempre los mejores deseos para ti espero tu proxima publicacion. pdta Sabes ahy un escritor me gustaria que leas sus poemas Enrique Verastegui

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  5. Anónimo6.2.12

    Exquisito relato lleno de figuras, que transportan a uno a la experiencia en si de un hombre soltero, sin querer eh quedado identificado casi al detalle diria yo, saludos Helmut Jeri, conosco a tus padres fueron mis profesores...un abrazo sigue deleitandonmos con tan magnifica forma de escribir .

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