TEST VOCACIONAL

("Invierno" foto extraida del libro: "La última estación")

Son las siete de la noche, hace dos horas partí de Tacna, Observo cada lado de la autopista y me encuentro con el vacío absoluto, estoy yendo a ochenta por hora, por que quiero de alguna forma disfrutar de este pasaje maravilloso de mi existencia, me aferro al timón con fuerza y muevo mi cabeza de un lado al otro al ritmo de la guitarra incomparable de “papita” Hinostroza, el panorama es perfecto, no hay neblina, mi monstruo como siempre, se porta de maravilla, de cuando en cuando, solo por jugar toco la bocina, y digo “avanza pe’ tío”, se que estoy loco, me río solo, y soy feliz.
(Arequipa, 10:12 Pm) He pasado hace algún tramo por un pueblito pequeño del cual no se nada, pero algunas gentes me observaron con bastante atención, quizá por que la poca velocidad que llevo, les permitió apreciar toda la imponencia de mi monstruo, del cual por cierto debo decir, es un hermoso tracto, negro portentoso, de tres ejes para dejar segura huella al pasar, con una aéro-dinámica de monoplaza para sentirse en las nubes, tanques, tubos de escape, espejos, y escaleras de acero aluminizado, labradas con absoluto arte para días de fiesta, tiene una litera inmensa detrás de la cabina principal, en la que puede pasar la noche una familia numerosa, alfombrado de terciopelo para los invitados refinados y panel tipo amaderado para no olvidarme de mis años en el campo , 10 velocidades de transmisión inmediata para tele-transportarme, asiento del piloto tipo ortopédico para sentirme gerente y del copiloto tipo sofá para disfrutar como se debe el film de la vida, un modesto equipo de radio con lectora de Cd, Vcd, Usb con conexión directa al monitor desplegable de 17” ubicado en el techo del tracto (las 17” son para que no te pierdas ni una escena de tu película favorita mientras bajas a hacer pipi y la ves desde el ladito de la carretera) con 1500 watts de potencia y parlantes distribuidos a lo largo y ancho de la cabina para tener sonido envolvente y se escuchen las guarachas de “Joselito y sus 50” del kilómetro ochenta al ciento setenta, ahora, si le quitamos la cubierta nos encontramos con un motor modelo cummins ISX de una potencia de 435 HP y 1800 RPM, cilindrada de 15.0 Lt., transmisión marca Fuller 16918B con doble overdrive, radiador 908”, de flujo vertical, aluminizado, con un ventilador Horton HTS y un Post-enfriador aire-aire de 478”, pero en cualquier caso, ha de ser mejor dejar que la cubierta la quiten los especialistas, en el taller.
(02.00 Am) Me encanta esta hora del mundo porque es como si el tiempo se hubiera detenido, el silencio es total y solo se oye el rugir de mi maquina, tengo la calefacción encendida, pero hace un poco de frío porque tengo la ventana medio abierta para dejar pasar el olor a viaje que me encanta, le pedí que se acostara en la litera para dormir cómoda, pero ella prefirió recostarse a mi lado, me hizo apagar la radio y escogió al azar un video, no se fijó cual, quiso jugar a adivinar cual era y me sometió al juego, yo creí que podía ser el jardinero fiel, pero fallé y también con Elizabeth Town, y con Oggy y las cucarachas volumen tres, ella falló con Taxi driver, con el descanso y con casa blanca (no la tengo, pero ella no lo sabe). Diarios de una pasión fue la elegida, no recordaba tenerla, pero allí estaba, la había visto hace varios años ya, solo pude voltear para las escenas cuya música incidental me era demasiado tentadora, pero ella, la sentía estremecida con la historia, la disfrutó, refutó, gritó y lloró, y yo lloré con ella por puro antojo, luego nos calmamos por vergüenza.
(04:12 Am) sacó un termo que compró antes de partir (seguro por el deseo de tener algo que aportar en el viaje en el que ya había todo, menos un termo) y me sorprendió con un café perfecto para la ocasión, mientras comentamos la película. Se pegó a mi asiento y se cogió de mi brazo derecho suavemente, eligió un disco al azar también, sin mas juegos, le subió el volumen y así, disfrutamos juntos cantando a viva voz en el peor de los ingleses triangulo de amor de New Order, y lo repetimos tantas veces que la emoción terminó disolviéndose y nuestras voces también, solo quedó el rumor del viento, ella tomó la frazada polar, se abrigó y se durmió con la cabeza sobre mis piernas acariciando mis rodillas tiernamente.
(Chala, 07: 49 Am) Mis manías para los viajes, suelen ser siempre semejantes, junto al asiento del piloto tengo un set de discos con música de Harth Brooks, The Killers, The Smiths, Oasis, Grupo Nectar, Vivaldi, Rock peruano, Joaquín Sabina, Andrés Calamaro, Aerosmith, música comercial, bachatas, algunos sencillos de Huaynos y latinoamericanas inervadas, los Panchos, guarachas que me recuerdan a mi padre, y por supuesto los cuatro volúmenes con la banda sonora de mi vida, detrás del asiento, al lado derecho de la litera hay un perchero donde tengo una casaca negra de pluma de ganso, un gorro que no uso muy seguido por que no hace juego con la casaca y una mochila, en una alacena pequeña, hay una botella de agua, dos paquetes de galletas surtidas, una caja de chocolates, ocho latas de cerveza y una botella de vino semi-seco, y en el lado izquierdo otra alacena ubicada debajo del botiquín conteniendo utensilios básicos para sobrevivir en cualquier rincón del universo.
(Nazca, 09:02 Am) En la cabecera de la cama hay una frazada polar bastante liviana y práctica y una antigua bastante pesada y poco práctica pero que perteneció a mi madre y que no puedo dejar de llevar porque al cubrirme con ella, siento que ella es quien me cobija como cuando niño, las guanteras contienen documentos de varios tipos, tres libros, uno de poemas seleccionados perennizados, para declamarlos a viva voz en tramos aburridos del viaje, y dos novelas fantásticas que cambio regularmente, discos de películas, una pequeña filmadora para las mejores escenas de mi vida, una cajetilla de cigarrillos, un encendedor, lentes de sol que no uso porque soy miope, un álbum de fotos y un chupón (lo uso cuando viajo solo y quiero evitar el deseo de fumar).
Son casi las once de la mañana, Estoy llegando a Ica, el calor es fuerte, abro las ventanas totalmente ella se estira, ha dormido bien, yo necesito descansar, me siento feliz, pero agotado, conversamos sobre nuestra estadía, debe ser breve, ella esta eligiendo donde desayunar, mientras yo me distraigo por un sonido extraño que viene de afuera, detengo la marcha y me estaciono, abro la puerta, levanto la cabeza un poco y me doy con el reloj despertador, sacudo un poco el cuerpo y me fijo la hora, son las siete y quince de la mañana, es miércoles, debo apurarme para no llegar tarde a la oficina.

(Ica, 08: 02 Am) Camino al trabajo estoy recordando mi sueño maravilloso, siempre me preguntan si seré abogado, escritor, activista social o visitador medico, ahora me pregunto yo, que ocurrirá cuando les diga que quiero pasar mi vida conduciendo un trailer, los comentarios serán destructivos, murmurarán por las calles, me mirarán con desden, mi padre pegará el grito al cielo, así que antes de que eso ocurra, tomaré mis cosas, llenaré el tanque, y emprenderé un nuevo viaje, quizá al norte. Quiero ir a Piura, eso es, esta noche me voy al norte….